Ser-es sanador | To be is healing
| ESP |
Considero, previo a la lectura de este libro, leer el anterior titulado Los cinco niveles del apego, puesto que estos los retoma. Nos reitera, con ejemplificaciones para nuestra mayor comprensión y análisis personal, que los apegos son tanto pensamientos como acuerdos que los hacemos formar parte de quienes somos y que tienen una repercusión emocional o energética cuando no somos conscientes de ellos. La mayoría de las veces nos quedamos con aquellos apegos sin su cuestionamiento previo porque creemos que así debe ser la realidad, por cómo se mueve nuestro entorno, pero no necesariamente debemos hacerlos nuestro si sentimos, dentro de nosotros, su repele. Así mismo, nos reitera la importancia de nuestro sueño individual con el sueño colectivo o del planeta, nuestra realidad, si es que seguimos disfrutando de la neblina o buscamos la vida en consciencia.
"La auto domesticación es el acto de aceptarnos a nosotros mismos solo si vivimos de acuerdo con los ideales adoptados de los demás en el Sueño del Planeta, sin considerar siquiera si es realmente lo que queremos."
(Ruiz, 2016, capítulo 2, p. 39)
Una vez que somos conscientes de aquellos apegos, en sus diversos niveles personales, tenemos la facultad de decidir con cuáles de ellos deseamos permanecer y con cuáles romper la relación; así dejaremos de de influenciarnos por el entorno y aprenderemos lo valioso que es nuestra afirmación y nuestra negación a las situaciones, sin sentirnos forzados al encaje social.
Una vez que pasamos por los apegos y los hacemos conscientes, la práctica nos lleva al tema fundamental del libro; la maestría del ser. ¿Y cómo es que lo podemos llevar en práctica? Por medio del amor incondicional.
En nuestra actualidad, es controversial mencionar este tipo de amor, porque solemos verlo como una necesidad social sin verdaderamente entender el concepto de lo que es el amor. Las relaciones interpersonales actuales no sólo se encasillan en la posesión, sino en la obligación, lo que conflictúa el entorno de aquellos que se relacionan. En el trabajo personal sobre la maestría del ser, el autor nos recalca al parásito y al aliado, que son aquellos pensamientos que emergen de nuestro inconsciente para resaltarnos una realidad que no meramente es la verdad. Son aquellos pensamientos que pueden ir de la mano con los apegos y/o con inseguridades personales, que limitan nuestra verdadera esencia y libertad.
Lo destacable aquí es que, independientemente si los pensamientos que tenemos son de vertiente negativa o positiva, NO somos nuestros pensamientos. Son sólo eso, pensamientos. Muchas de las cosas que vienen a nuestra mente son aprendizajes de terceros, situaciones que hemos tomado de la ajenidad a lo propio para construirnos una realidad que no compete directamente con quienes somos, pero que no nos dimos a la tarea de cuestionar. El entender que son sólo pensamientos nos da un alto panorama de que estos siempre acudirán de vuelta, pero somos capaces de ignorarlos o de destruirlos, porque no son lo que somos, no nos definen.
Asalta una duda a raíz de entender que son pensamientos, ¿Cómo podemos liberarnos del parásito? A través del amor incondicional, de reconocer esos daños, de distinguir la realidad con la opinión de aquella voz interna. Nosotros, en nuestra individualidad, somos libres de decidir lo que deseemos, lo que queremos y lo que seremos, pero, ¿Qué tan dispuestos estamos a verdaderamente forjar nuestra anhelada realidad? Eso depende de cada uno, no sólo en consciencia, sino en compromiso personal. Lo importante, que deseo destacar, es que todo proceso es arduo y jamás lineal. El compromiso de amor individual hará que vengan tormentas, pero también días soleados. Todo es cuestión de actitud y de no desistir en el proceso; nuestra mayor misión aquí es aprender.
En el desarrollo de los capítulos, el autor nos presenta diversos ejercicios para dejar de aprisionarnos el ser, de dejar de juzgarnos a nosotros mismos y perdonarnos, de desarrollar nuestra atención y determinar qué máscaras tenemos en las situaciones que se nos presenten. Toda práctica dentro de la teoría del libro auxilia no sólo a reconocer las heridas que tenemos, sino a darnos cuenta de cargas ajenas que venimos arrastrando sin nuestro previo consentimiento. Vuelvo a reiterar, somos capaces de liberarnos sí y solo sí lo trabajamos.
"...cada vez que juzgas a alguien lo estás castigando por no respetar los acuerdos que nunca estableció."
(Ruiz, 2016, capítulo 4, p. 74)
En el contenido del libro no solo nos habla de la individualidad de la práctica, sino también en lo colectivo. Es, como aquel dicho que dice "No le puedes exigir a la gente lo que no tiene", es precisamente lo que rige este conocimiento a través del amor incondicional por los demás. Todas las personas estamos heridas y reconocerlo, más allá de nuestra individualidad, es liberarnos de aquel victimismo y de ser conscientes que todos sufrimos, todos padecemos y todos nos encontramos en trascendencia constante. Entender, verdaderamente, estos preceptos hacen que veamos a la gente como realmente son y soltamos aquellas percepciones sobre lo que, en nuestra mente, ellos eran. En este bloque, se reiteran los acuerdos del padre del autor, el Dr. Miguel Ruiz y su libro Los cuatro acuerdos, más concretamente los acuerdos de no tomar nada personalmente ni hacer suposiciones.
Así como a terceros no les podemos exigir, tampoco sus acciones van directamente allegadas a nosotros. La forma en que otros actúan, se expresan o perciben la vida va relacionado a su experimentación y experiencias previas, por ello no podemos adjudicarnos el daño, porque es sólo el reflejo de lo que ellos consideras, es parte de sí mismos. La labor de cada persona es, incluso en el despertar espiritual, respetar los procesos ajenos.
Continúo con una pregunta directa, ¿Realmente sabemos lo que sentimos o es sólo la descripción social a la que asociamos la emoción? Me voy por la segunda opción. Nos hemos encapsulado en la opinión de terceros y en la construcción social de lo que significan las emociones, que, sin darnos cuenta, la mayoría de esas emociones son alertas más que tranquilidad. El reconocimiento de nuestras emociones y lo que nuestro cuerpo nos transmite en situaciones específicas, nos ayudará a entender no sólo nuestro entorno, sino cómo percibimos este mismo y así nos liberaremos de los apegos y de aquellas creencias de lo que debe ser y cómo debe ser lo que sentimos. Nos reconoceremos por medio de nuestro amor y aceptación.
Reitero, que no por el hecho de este proceso de concientización de quienes somos y de nuestro entorno, debemos de interponer nuestras creencias los demás. Cada uno tiene su proceso y la libertad de elegir cómo vivir su vida, no podemos exigir que la gente sea y piense como nosotros, porque estaremos sometiendo en vez de darles libertad.
Podría prestarse a que queremos auxiliar a nuestros seres amados, pero hacer que nuestra verdad se refleje a la fuerza hacia ellos no es respetar su proceso ni sus ideales; eso es egoísta y hace que nuestros apegos resurjan para reiterarnos que tienen control sobre nosotros. Por otro lado, tampoco está mal revivir nuestros apegos o darnos cuenta de ellos cuando se presenten porque estamos en un proceso de cambio; la paciencia y el respeto a nosotros y a terceros es clave fundamental para seguir progresando y aprendiendo.
En ocasiones podemos olvidarnos de lo aprendido, es cuando el autor nos señala el automatismo, que es toda aquella decisión automática y sin importancia que refleja, en pequeñez, nuestros apegos y la previa domesticación. En otro término, vivimos como si fuésemos máquinas, sin emociones, sólo cumpliendo expectativas sin ser conscientes del entorno. Eso hace que nos alejemos de quienes somos verdaderamente y seamos lo que debemos ser, lo que la sociedad nos exige. A través de la consciencia de nuestros apegos y todo aquello que ha influido para privarnos de nuestra esencia, romperemos con aquellas limitantes y nos mantendremos en el presente, en el aquí y ahora, lo verdaderamente importante.
Ningún proceso, de la noche a la mañana, vendrá a alivianar todo el tormento que queremos arreglar. Es un proceso de paciencia, respeto, perdón y, sobre todo, amor hacia uno mismo. Todo nuevo resurgimiento emocional, mientras aceptamos nuestras dolencias y las sanamos, auxilia para el objetivo final. Nunca dejaremos de crecer, de transformarnos ni de reinventarnos. Ser conscientes de esa trascendencia constante auxilia a no vernos con la perfección, de casarnos con lo que debemos ser, porque ya sólo seremos, inmensos.
Las máscaras no son más que los papeles que deseamos interpretar para desarrollar una función, como un consejero, maestro, una escucha para los demás, y esas máscaras nos permiten interactuar con el entorno, pero no significa que nosotros seamos aquellas máscaras. Ellas no son nuestra identidad. Si nos llegásemos a identificar con las máscaras, vendrá un inminente sufrimiento porque nos estaremos apegando a una idea más que a una realidad.
También las máscaras juegan un papel con nuestro entorno, puesto que pueden causarnos rompimiento de las expectativas no solo personales, sino con terceros. Eso es lo que viene cuando mencionamos el sufrimiento, porque nos encasillamos a las ideas, a las limitantes que nos ponemos porque creemos serlas, pero somos más extensos que eso. Entender que nuestra identidad es, incluso, indefinible, nos dará apertura de ser cualquier cosa, dejar en libertad quienes verdaderamente somos.
¿Cómo es que podemos alcanzar, después de todo lo previo, en consciencia, el amor personal? A través de nuestra propia aceptación. Vivimos oscilando entre juzgamientos de terceros y los propios, adjudicamos nuestro valor a los errores y a los aciertos que cometemos en nuestra vida, pero, ¿Realmente nos identifican?
Si mantenemos nuestro valor a raíz de lo que hemos realizado, meramente estaremos en una búsqueda constante de perfección que jamás saciará los estándares que nos hemos impuesto. En cambio, liberarnos de toda perfección, entender que erramos, que validamos, que crecemos constantemente y que nos permitimos tenernos respeto, vendrá por si sola la aceptación de lo que somos; empezará a emerger el amor incondicional, nuestro amor personal.
Tal como dice en el libro, "para amarse no necesitas alcanzar ninguna meta", porque nosotros somos quienes aceptamos la luz y la oscuridad que tenemos; no necesitamos de imponernos, incluso, imposibilidades para demostrar nuestra valía si nos la demostramos personalmente y todos los días, a todas horas. La valía se construye diariamente, no esperes la perfección en ella.
Todo aprendizaje, toda acción para sanar y volvernos un maestro del ser, como se apunta, viene de la paciencia, respeto, perdón y del trabajo arduo, ese trabajo personal que alimenta nuestro corazón. No busquemos definirnos, identificarnos o etiquetarnos, eso nos limita, simplemente seamos, dejémonos SER.
❁───── Aprendizajes personales ─────❁
— Toda sabiduría está en mí, debo escucharme más.
— El amor más grande es el mío y si yo me cuido, el entorno trazará ese mismo amor.
— No busco definirme, soy libre, incluso, en pensamientos.
— Mi verdad no es la verdad del mundo y menos debo imponer lo que creo, porque el mundo merece libertad por igual.
— El proceso de cada uno debe respetarse.
— Imponer mi ideología es privar de libertad.
— La libertad no es un lugar tangible, es un estado mental y de accionar.
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─❁ Mastery of Self ❁─
Mastery of Self: A Toltec Guide to Personal Freedom by Don Miguel Ruiz Jr. guides us towards personal freedom through the practice of prior knowledge about domestication and its beliefs, unconditional love for ourselves and for others, and the goal establishments, thus freeing us to be our true essence.
Before this book, I recommend to read the previous one entitled The five levels of attachment, because these are taken up again. He reiterates to us, with examples for our greater understanding and personal analysis, that attachments are both thoughts and agreements that make them part of who we are and that they have an emotional or energetic impact when we are not aware of them. Most of the time we stay with those attachments without prior questioning because we believe that this is how reality should be, because of how our environment moves, but we do not necessarily have to make them ours if we feel, within us, their repulsion. Likewise, it reiterates the importance of our individual dream with the collective dream or the planet, our reality, if we continue to enjoy the mist or seek life in consciousness.
Once we are aware of those attachments, at their various personal levels, we have the power to decide which of them we want to stay with and which ones to break the relationship with; In this way we will stop being influenced by the environment and we will learn how valuable our affirmation and our denial of situations are, without feeling forced to fit into society.
Once we go through the attachments and make them conscious, the practice brings us to the fundamental theme of the book; the mastery of being. And how can we put it into practice? Through unconditional love.
Nowadays, is controversial to mention this type of love, because we tend to see it as a social necessity without really understanding the concept of what love is. Current interpersonal relationships are not only pigeonholed in possession, but in obligation, which conflicts with the environment of those who are related. In the personal work on the mastery of being, the author emphasizes the parasite and the ally, which are those thoughts that emerge from our unconscious to highlight a reality that is not merely the truth. They are those thoughts that can go hand in hand with attachments and/or personal insecurities, which limit our true essence and freedom.
The remarkable thing here is that, regardless of whether the thoughts we have are negative or positive, we are NOT our thoughts. They are just that, thoughts. Many of the things that come to our mind are learning from third parties, situations that we have taken from alienation to our own to build a reality that does not directly compete with who we are, but that we did not give ourselves the task of questioning. Understanding that they are just thoughts gives us a good idea that they will always come back, but we will be capable of ignoring or destroying them because they are not who we are, they do not define us.
A doubt comes as a result of understanding that they are thoughts, how can we free ourselves from the parasite? Through unconditional love, to recognize those damages, to distinguish reality with the opinion of that inner voice. We, in our individuality, are free to decide what we want and what we will be, but how willing are we to truly forge our desired reality? That depends on each one, not only in consciousness but in personal commitment. The important thing, which I want you to understand, is that every process is arduous and never linear. The commitment of individual love will bring storms, but also sunny days. Everything is related to the attitude and not giving up on the process; our greatest mission here is to learn.
In the development of the chapters, the author presents us with various exercises to stop imprisoning ourselves, to stop judging and forgiving ourselves, to develop our attention, and determine what masks we have in the situations that arise. Every practice within the theory of the book helps not only to recognize the wounds we have but to realize the burdens of others that we have been dragging without our prior consent. I reiterate that we are capable of freeing ourselves if and only if we work at it.
In the content of the book, the author not only tells us about the individuality of the practice but also in the collective. It is as the byword: "You can not demand from people what they do not have", precisely, that is what governs this knowledge through unconditional love for others. All of us are wounded and to recognize it, beyond our individuality, is to free ourselves from that victimhood and to be aware that we all suffer, we all suffer and we all find ourselves in constant transcendence. The true understanding of these precepts causes us to see people as they are and let go of those perceptions about what, in our minds, they were. In this block, the agreements of the author's father, Dr. Miguel Ruiz, and his book The Four Agreements are reiterated, specifically, the agreements not to take anything personally or make assumptions.
Just as we cannot demand from others, neither their actions are directly related to us. The way in which others act, express themselves, and how they perceive life is related to their experimentation and previous experiences. Therefore we cannot claim the damage, because it is only a reflection of what they consider, it is part of themselves. The task of each person is, even in spiritual awakening, to respect other people's processes.
I continue with a direct question, do we really know what we feel, or is it just the social description to which we associate the emotion? I go for the second option. We have become encapsulated in the opinion of third parties and in the social construction of what emotions mean, that, without realizing it, most of those emotions are alert rather than calm. The recognition of our emotions and what our body transmits to us in specific situations will help us understand not only our environment but also how we perceive it and thus we will free ourselves from attachments and those beliefs of what should be and how it should be what we feel. We will recognize each other through our love and acceptance.
I reiterate, that not because of this process of awareness of who we are and our environment, we should interject our beliefs with others. Each one has their process and the freedom to choose how to live their life, we cannot demand that people be and think like us, because we will be subjecting them instead of giving them freedom.
It could lend itself to the fact that we want to help our loved ones, but forcing our truth to be reflected towards them is not respecting their process or their ideals; that is selfish and makes our attachments resurface to reiterate that they have control over us. On the other hand, it is also not bad to revive our attachments or realize them when they arise because we are in a process of change; patience and respect for ourselves and others are the fundamental keys to continue progressing and learning.
Sometimes we can forget what we have learned, that is when the author points out the automatism, which is all that automatic and unimportant decision that reflects, in smallness, our attachments, and previous domestication. In other words, we live as if we were machines, without emotions, only fulfilling expectations without being aware of the environment. That makes us move away from who we truly are and we are what we should be, what society demands of us. Through the awareness of our attachments and everything that has influenced us to deprive us of our essence, we will break with those limitations and we will stay in the present, in here and now, what is truly important.
No process, overnight, will lighten all the torment that we want to fix. It is a process of patience, respect, forgiveness, and, above all, love for ourselves. Every new emotional resurgence, while we accept our ailments and heal them, helps for the final objective. We will never stop growing, transforming, or reinventing ourselves. Being aware of that constant transcendence helps us not to see ourselves with perfection, to marry what we should be, because we will only be immense.
The masks are nothing more than the roles that we want to play to develop a function, such as a counselor, a teacher, a listener for others, and these masks allow us to interact with the environment, but it does not mean that we are those masks. They are not our identity. If we come to identify ourselves with the masks, imminent suffering will come because we will be attaching ourselves to an idea rather than a reality.
Masks also play a role with our environment, since they can cause us to break expectations not only personally, but also with third parties. That is what comes when we mention suffering, because we pigeonhole ourselves to the ideas, to the limitations that we put on ourselves because we think we are, but we are more extensive than that. Understanding that our identity is even indefinable will open us up to being anything, letting go of who we truly are.
How is it that we can achieve, after all the previous, in consciousness, personal love? Through our own acceptance. We live oscillating between judgments of third parties and our own, we attribute our value to the mistakes and the successes that we make in our lives, but do they really identify us?
If we maintain our value as a result of what we have done, we will merely be in a constant search for perfection that will never satisfy the standards we have set for ourselves. On the other hand, freeing ourselves from all perfection, understanding that we are wrong, that we validate, that we constantly grow, and that we allow ourselves to be respected, will come by itself the acceptance of what we are; unconditional love will begin to emerge, our personal love.
As it says in the book, "to love yourself you don't need to reach any goal" because we are the ones who accept the light and the darkness that we have; we do not need to impose ourselves, even, impossibilities to prove our worth if we prove it to ourselves personally and every day, at all hours. Value is built daily, don't expect perfection in it.
All learning, all action to heal and become a master of being, as noted, comes from patience, respect, forgiveness and hard work, that personal work that feeds our hearts. Let us not seek to define ourselves, identify ourselves or label ourselves, that limits us, let us simply be, let us BE.
❁───── Personal learnings ─────❁
— All wisdom is in me, I must listen to myself more.
— The greatest love is mine and if I take care of myself, the environment will trace that same love.
— I do not seek to define myself, I am free, even in thoughts.
— My truth is not the truth of the world and I should not impose what I believe, because the world deserves its own freedom.
— The process of each must be respected.
— To impose my ideology is to deprive of freedom.
— Freedom is not a tangible place, it is a state of mind and action.
Mastery of Self: A Toltec Guide to Personal Freedom by Don Miguel Ruiz Jr. is available in English
The five levels of attachment by Don Miguel Ruiz Jr. is available in English
The Four Agreements: A Practical Guide to Personal Freedom by Dr. Miguel Ruiz is available in English