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─❁ El viaje de los colibríes ❁─


El viaje de los colibríes por Sue Zurita nos encamina al descubrimiento personal. Responde las cuestiones sobre quiénes somos, qué queremos y si lo que tenemos es verdaderamente lo que anhelamos. A través de la historia de Romina Pármeno, la protagonista de la trama, conectamos con la búsqueda de pertenencia, de sentir que somos de algún lado, incluso, si somos ajenos a nosotros mismos. Nos recuerda que nuestras dolencias de crianza se manifiestan en vida, no como fantasmas, y que depende de nosotros salir de aquel tormento siempre que lo deseemos hacer.

Romina, sin preámbulo sobre sus razones al lector, abandona su hogar para adentrarse a la aventura que trazará su camino de vida y le acompañará el resto de la misma. Sin mucha opción, opta por viajar a la ciudad de Puebla, un lugar donde nadie la conoce y que será cobijo, alegría, desgracia y muchos aprendizajes. El lugar ideal para experimentar lo que no podía en su pueblo natal.

En su día a día nos comparte las relaciones amistosas que forja, los clientes recurrentes del casino donde labora y el anhelo de crear su independencia. De las cualidades de la narración es sentir que paseas, al lado de Romina, por los rincones del centro de Puebla, que conoces a la perfección cada esquina y cada avenida. Ella nos tiende la mano, como su amiga, para (re)vivir su viaje.

"A veces volver es necesario para desatar los nudos, y así liberarnos de las ataduras del pasado."
(Zurita, 2020, capítulo 24, p. 143)

Dentro de la trama se muestran y se desarrollan varias actitudes y acciones que consideramos normales en la sociedad. Desde un beso no pedido, la violencia entre pareja hasta la manipulación emocional. El núcleo de tormentos y abusos, sobre todo femeninos, abundan en la trama, que si bien no es el fin principal, nos ponen en bandeja de plata lo tan normalizado que están.

Lo más destacable es la falta de comunicación, el no saber expresar nuestros deseos y disgustos, ni externarlos de manera idónea. Nuestra sociedad ha adoptado que debemos mantener nuestras incomodidades en silencio por el miedo a causar conflictos; cuando estos pasan la barrera, llegamos a creer que el castigo lo hemos merecido. Este miedo tan marcado nos hace creer que verdaderamente los deseos de los demás son el propio, aunque nuestro interior grite que no es así. Hay mucho desnivel social en cómo percibimos el romance y cómo este debe ser; sobre todo, que el proceso de duelo debe ser tan abrupto y dramático porque si no lo sentimos así no amamos los suficiente. Estas heridas sociales nos encapsulan a otro miedo, la consideración de volvernos a relacionar emocionalmente.

"Lo mejor era separarse, pero ninguno de los dos se atrevía. La dependencia de uno por el otro era más fuerte que la tranquilidad individual."
(Zurita, 2020, capítulo 10, p. 74)

No hay historia de vida sin algún romance que nos haya marcado el corazón, una herida tan profunda que suele sanar, pero el recuerdo vivirá siempre alerta en nosotros. Tal es el caso de Romina, que nos conmueve por el rompimiento de su tóxica relación con Nicolás, o la historia de Carmina, quien se fue hasta otro país persiguiendo un amor que no le daba su lugar. Los fantasmas de nuestro pasado se hacen presentes cuando nos relacionamos afectivamente, no nos damos cuenta de los errores o de las dolencias hasta que no podemos apaciguar el dolor.

Lo que me hace cuestionar, ¿Por qué solemos aceptar menos de lo que somos? ¿Por qué aceptamos lo primero que nos arriba? ¿Por qué nos conformamos? Todas las cuestiones se resumen al tajante tumulto social sobre el amor. Nos hemos formamos en núcleos insanos, con rechazo, abandono, crítica, desprecios y creemos que eso, en nuestro inconsciente, es amor. Lo creemos porque sentimos la calidez del hogar cuando el hogar en sí está quebrantado.

"¿Y cómo amar de otra manera si así nos enseñaron? Pero no es el amor, somos los amantes que lo convertimos en una droga capas de hacernos perder los estribos y a la que nos volvemos adictos. Nos hemos convencido de que el amor es pasión y locura desmedida, darlo y perderlo todo, que amar así es estar vivo."
(Zurita, 2020, capítulo 17, p. 110)

Sin embargo, no por el hecho de haber sido víctimas en el pasado se nos da el derecho de castigar a quienes no nos han herido. ¿Cuál es el fin de repetir aquellas dolencias? No nos brindará la calma o tranquilidad que anhelábamos o el entendimiento que buscábamos. Tal lo menciona Romina en una postal, "La felicidad no es algo que te pueda dar alguien. Es como la inspiración, la tienes que encontrar dentro de ti. La soledad puede resultar abrumadora pero es el único camino para encontrarnos a nosotros mismos cuando nos sentimos perdidos."

Las historias que se desarrollan dentro de la vida de Romina son una enseñanza plena del proceso evolutivo y de crecimiento, de todos los cuestionamientos sobre lo que creíamos como verdad absoluta y el descarte de estas que se unen con las nuevas creencias. Ella y sus amigos nos hacen aprender del merecimiento, del respeto y sobre amor que nos debemos a nosotros por sobre los demás.

"Nacimos para soñar: somos capaces de crear, de creer y de ser feliz. Nuestro destino irremediablemente es morir, pero nuestra misión es amar intensamente, despojarnos de los miedos y atrevernos a NO quedarnos con las ganas". Tan deleitantes son las palabras de Carmina Liduvina, que en su fenecer nos recuerda que el hoy es el suspiro más real que existe. 

Existimos en la precisión de este momento, en este respirar que das al leer. Nuestro tiempo es finito, tanto como para perderlo con la gente equivocada o perderlo sufriendo por aquello que no tenemos más. La más grata enseñanza de Romina es que en los últimos instantes de tu existir recuerdes tu rebeldía, tu atrevimiento y el trazo de tu propia felicidad. El trazo de tu más inmenso amor. Después de eso no habrá más.

¿Y por qué mortificarnos con la inmensa oscuridad? Si después de todo, ya (nos) vivimos.

❁───── Aprendizajes personales ─────❁

— Mi eternidad es finita
— Mi pasado no es mi presente
— El amor se construye desde mí
— Los errores que cometí no me definen
— No quiero quedarme con ganas de nada
— Si algo me molesta, no lo silenciaré
— Mi voz, mi opinión y mis emociones son válidas


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─❁ The journey of the hummingbirds ❁─


We discover ourselves through The journey of the hummingbirds by Sue Zurita. It helps us to understand what we want, who we are, and if what we have is really what we want. Romina Pármeno's story embodies the search for belonging, the feeling to belong somewhere despite being an outsider. She reminds us that our parenting ailments manifest in our daily life, not as ghosts, and we can get out of that torment whenever we choose to do it.

Romina, without telling the reader about her motives, leaves her home to start an adventure that will trace her life path and accompany her throughout it. She chooses to travel to Puebla, a city where she does not know anyone and where she will find shelter, joy, misfortune, and so many learnings. A perfect place to experiment with the challenges her hometown did not have.

In her daily life, she shares with us the friendly relationships she establishes with her coworkers, the recurring clients in the casino where she works, and her desire to become independent. The narration has the quality of making the reader feel he/she is walking, next to Romina, through the corners of Puebla's center, that you know every street and every avenue. As her friend, she invites us to live (again) her journey.

"Sometimes going back is necessary to untie the knots, and thus free ourselves from the ties of the past."
(Zurita, 2020, chapter 24, p. 143)

The plot shows and develops a range of behaviors and attitudes that we consider normal in society. These include uninvited kisses, physical violence, and emotional manipulation. Torments and abuses, specifically those directed at women, are at the center of the plot and, although not the main aim, they show how common they are.

Probably the most remarkable thing is the lack of communication, the inability to express our desires and dislikes in an ideal way. As a society, we have adopted the notion that we must keep our discomforts to ourselves out of fear that they will cause conflict. When they pass through the barrier, we believe that we deserved the punishment. Our most remarkable fear leads us to believe that others' wishes are our own, despite our inner screams denying them. Emotional unbalance affects how we perceive romance and how it should be; moreover, the grieving process must be so dramatic and abrupt, if it does not hurt we did not love enough. These social wounds entail the fear of re-establishing an emotional connection.

"The best thing was to separate, but neither of them dared. The dependence of one on the other was stronger than individual tranquility."
(Zurita, 2020, chapter 10, p. 74)

Every life story has a romance that has left a mark on our hearts, a wound so deep that it usually heals, but in the memory will live on. Such as Romina's breakup with Nicolás and their toxic relationship or Carmina's journey to a foreign country in search of a love that never gave her her place. We do not realize the mistakes or ailments of our past until we are unable to cope with them. When we relate emotionally, the ghosts of our past become present.

It makes me wonder, Why do we usually accept less than we deserve? Why do we take the first thing that comes our way? Why do we settle? All issues boil down to the blunt social uproar about love. Within our unconscious, we believe that this is love. We have formed ourselves from insane nuclei, with rejection, abandonment, criticism, and contempt. In spite of the fact that the home itself is broken, we still feel the warmth of home.

"And how to love in another way if they taught us that way? But it is not love, we are the lovers who turn it into a drug capable of making us lose our temper and to which we become addicted. We have convinced ourselves that love is passion and excessive madness, to give and lose everything, that to love like this is to be alive."
(Zurita, 2020, chapter 17, p. 110)

Being victims in the past does not give us the right to punish those who have not hurt us. What is the point of repeating those afflictions? It will not provide us with the peace or tranquility we craved, or the understanding we were seeking. As Romina mentions it on a postcard, "Happiness is not something that someone can give you. It is like inspiration, you have to find it within yourself. Loneliness can be overwhelming but it is the only way to find ourselves when we feel lost."

Romina's life and her friends' stories, teach us about the evolutionary process and growth, of the questioning of what we believe to be absolute truth and the discarding of these to make room for new beliefs. It is her and her friends who teach us the importance of merit, respect, and love among ourselves.

"We were born to dream: we are capable of creating, believing, and being happy. Our destiny is inevitably to die, but our mission is to love intensely, get rid of our fears, and dare NOT to stay with the desire". So delightful are the words of Carmina Liduvina, that in her death she reminds us that today is the most real sigh that exists.

You exist in this moment, in the breath you take as you read. Time is finite, as much as we lose it with the wrong people or suffer for what we do not have anymore. Romina taught us that in our final moments of existence, we should remember our rebellion, our daring, and our own happiness. The stroke of your most immense love. After that, there will be no more.

What is the purpose of mortifying ourselves with such darkness? After all, we already live (ourselves).

❁───── Personal learnings ─────❁

— My eternity is finite
— My past is not my present
— Love is built from me
— I don't want to be left wanting for anything
— The mistakes I made don't define me
— If something bothers me, I will not silence it
— My voice, my opinion, and my emotions are valid


The journey of the hummingbirds by Sue Zurita is not available in English