No es mi fin si te pierdo | The loss of you is not my end
| ESP |
─❁ La ridícula idea de no volver a verte ❁─
La ridícula idea de no volver a verte por Rosa Montero no sólo nos comparte el análisis emocional de Madame Curie en este gran ensayo, sino que compara el duelo de su sufrimiento con el de sí misma. Ambas historias concuerdan en cómo lidiar con la pérdida del ser amado y de aquellos que nos rodean, cómo sentimos que las cosas deben ser por contexto social y el análisis de la autora, que converge con la deconstrucción de esas ideas para una sanación mucho menos dramática, absorvente y dolorosa.
El ensayo entra directamente con el duelo, nuestra incapacidad de procesarlo mental y emocionalmente. Concebimos nuestra existencia como una realidad eterna, sin ser verdaderamente conscientes que la eternidad es finita y en cualquier momento nuestro para siempre se esfumará. Nos aferramos íntegramente a la idea de que las personas que amamos estarán para siempre en nuestras vidas, en vida, latentes, por ello cuando el fenecimiento llega nos paraliza la idea del para siempre sin ellos.
"El sufrimiento agudo es como un rapto de locura", narra Rosa al describir la pérdida al confrontamiento emocional de Madame Curie. Si bien es cierto, cada persona reacciona de manera diversa y ello se debe no sólo al contexto social en el que ha crecido, sino sus creencias y hasta lo no expresado con anterioridad. Cada caso es singular, pero hay una concordancia universal en el impacto de las emociones, estas tan fuertes que nos genera un _shock_. Este intenso parálisis mantiene ausente de emoción, atención y realidad al individuo; es tan arduo que por dentro hay un grito desesperado de incredulidad, pero por fuera, a la vista de todos, no hay ni mínima inmutación.
Pero, lo más impactante dentro de las letras de Rosa es la cuestión femenina, ¿Por qué a nosotros nos carcome más el duelo que a los hombres? ¿Acaso la biología tiene que ver? ¿O es más la construcción social de las emociones? Rosa nos narra "...las mujeres estamos presas de nuestro pernicioso romanticismo, de una idealización desaforada que nos hace buscar en el amado el súmmun de todas las maravillas." Nos hemos compuesto de ilusorias verdades que trazan cómo debemos sentir, percibir y afrontar nuestras emociones. Me atrevo a confirmar, no nos hemos dado a la tarea de cuestionar por qué debemos desbordarnos, por qué debemos sentir cayendo en la exageración. Y no es encasillar mi ideología en este análisis, pero sí considerar el desbalance emocional no sólo femenino, sino el masculino. Nosotras tendemos a sentir hasta la última gota de agonía y los hombres se privan de hacerlo.
Dentro del contexto social en el que percibimos las emociones, con todo y su humana clasificación, llegamos a los arrepentimientos, en los hubiera sin anticipo y los del alma que anhelan disipar lo vivido. Preferimos crearnos escenografías mentales para que la culpa no nos invada; nos queremos hacer directamente responsables de la pérdida ajena cuando, la mayoría del tiempo, ni siquiera somos causantes de ello. ¿Por qué culpabilizarnos de un último beso, de un último abrazo o de un último te amo no dado? Nos hacemos protagonistas de las situaciones, nos afligimos, nos condenamos por la intensidad de nuestra pena que procesamos un espejismo a nuestra realidad. Eso es parte del duelo y si bien no debemos juzgar los procesos individuales, la universalidad de estos estos estragos son lo que nos condenan, el creer que podemos cambiar el pasado en nuestro presente.
"Por eso, cuando alguien fallece (...), hay que escribir el final. El final de la vida de quien muere, pero además el final de nuestra vida en común. Contarnos lo que fuimos el uno para el otro, decirnos todas las palabras bellas necesarias, construir puentes sobre las fisuras, desbrozar el paisaje de maleza."
(Montero, 13ra ed. 2021, capítulo 9, p. 117)
(Montero, 13ra ed. 2021, capítulo 9, p. 117)
¿Qué tan difícil es soltar cuando nos arraigamos a lo que amamos? ¿Qué tan conflictivo es, para la mente humana, saberse desprendido de la rutina? ¿Qué tan impactante es vivir en soledad? Los cuestionamientos son fundamentales para el duelo, pero no siempre los hacemos correctamente. Ver el proceso de duelo como algo mental tampoco es la solución, puesto que nos privaríamos de los sentires, pero, por otro lado, desbordarnos en ellos al dramatismo no es verdaderamente sanar, por la culpabilidad interna. Entonces, ¿Qué es lo que debemos hacer? Aceptarlo de inicio.
El shock es un proceso muy conflictivo, nos hunde en una irrealidad, nos aferra a lo que solía ser para evadir lo que estamos viviendo en el momento, pero de nada nos sirve que queramos regresar a lo que no existe más, eso ha pasado. Aceptar desde un inicio que todos somos finitos, que nos iremos en algún momento y que quienes amamos pasarán por ese mismo proceso, es ser conscientes de que todos los momentos son los últimos, son especiales, íntegros y perfectos. No habrá un último momento de lamento si los vivimos siempre con máximo amor, disfrute y si compartimos lo que sentimos.
El dolor es algo inminente en estos casos, pero entender el proceso natural de la vida y tenerlo presente amortigua las heridas. El proceso no será caótico, mucho menos lamentable, seremos tan conscientes de entender que es un proceso evolutivo, normal y que todo ser vivo irá al mismo destino, sea como sea el trace de su camino. La realidad es que todos feneceremos, lo importante es qué hacer y cómo disfrutar mientras tanto.
"Entonces, ¿podemos estar viviendo en el mejor momento de nuestras vidas y no darnos cuenta?"
(Montero, 13ra ed. 2021, capítulo 16, p. 199)
(Montero, 13ra ed. 2021, capítulo 16, p. 199)
¿Qué tanta valía hay dentro del sufrimiento? ¿En verdad vale la pena ajena para olvidarnos de nosotros? Hay y siempre habrán daños inminentes, no podemos controlar la movilidad del mundo ni hacer que este nos prive de la ruptura de las relaciones, situaciones o de la vida misma; es imposible ser la excepción a la regla. Lo que si nos es posible es soltar la perfección de cómo debe ser nuestro camino y comenzar a disfrutarla más.
Disfrutar de nuestro entorno, de nuestra gente, de nuestros amores y de disfrutarnos a nosotros mismos. Disfrutar lo que el presente nos otorgue, incluso en su amargura, puesto que habrá un día que nuestros aprendizajes serán los de nuestra descendencia. Nosotros aprendemos a vivir con ellos y ellos sin nosotros.
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─❁ The ridiculous idea of never seeing you again ❁─
The ridiculous idea of never seeing you again by Rosa Montero not only shares Madame Curie's emotional analysis in this great essay but also compares her own mourning with that of her suffering. The stories agree on how we handle the loss of a loved one and those around us, how we feel the world should work due to social context, and the author's deconstruction of those ideas for a much less dramatic and painful resolution.
During rehearsal, we experience grief, unable to process it emotionally and mentally. We believe that our existence is eternal, but we are not truly aware that eternity is finite, and at any moment it will fade away. We cling to the idea that the people we love will remain alive, latent, forever, so when death arrives, we are paralyzed by the fact they will not be forever with us.
"Acute suffering is like a fit of madness", says Rosa in describing Madame Curie's emotional confrontation with her loss. Each person reacts differently and this is in part due to their social context, beliefs, and even what has not been expressed before. Every case is different, but there is universal agreement about the impact of emotions, which are so strong that it generates a shock in us. An intense paralysis prevents the individual from experiencing emotion, attention or reality. It is so arduous that inside there is a desperate cry of disbelief, yet outside, nothing moves at all.
But, the most impressive element of Rosa's lyrics is the feminine question: why do women suffer from grief more than men? Does biology play a role in this? Or is it the social construction of emotion? Rosa writes "... women are prisoners of our pernicious romanticism, a wild idealization that makes us look for the apex of all wonders in the beloved." We have constructed illusory truths that describe how we should think, feel, and perceive emotion. In my opinion, we have not asked ourselves why we should overflow, why we should feel we are falling into exaggeration. In this analysis, there is no pigeonholing my ideology, but rather a consideration of the emotional imbalance not only feminine but also male. Generally, women feel every last drop of pain, while men are less likely to do so.
In the context of our perception of emotions, and with all their human classifications, we arrive at regrets and they are either those without anticipation, or those of the soul that long to dispel that which has been lived. Rather than feel guilty for the losses of others, we prefer to create mental scenes for ourselves that don't affect us; we want to be directly responsible for the losses of others even when, most of the time, we are not even responsible for them. Why blame ourselves for a last kiss, a last hug or a last I love you not given? By the intensity of our pain we become protagonists of the situations, we grieve, we condemn ourselves as if this were a mirage of reality. Grieving occurs in various ways, and while we must not judge individual processes, the universality of these ravages is what condemns us to believe that we can change the past in the present.
"That's why, when someone dies (...), you have to write the end. The end of the life of the person who dies, but also the end of our life together. Tell us what we were for each other, tell us all the necessary beautiful words, build bridges over the fissures, clear the landscape of weeds."
(Montero, 13th ed. 2021, chapter 9, p. 117)
(Montero, 13th ed. 2021, chapter 9, p. 117)
How difficult is it to let go when we are rooted in what we love? How conflicting is it, for the human mind, to know that one is detached from the routine? How shocking is it to live alone? Questioning is fundamental to grieving, but we don't always do it correctly. Seeing the grieving process as something mental is not the solution either, since we would deprive ourselves of feelings, but, on the other hand, overflowing into drama is not truly healing, due to internal guilt. So what should we do? Accept it at the start.
The shock is a very conflictive process, it plunges us into an unreality, it clings to what used to be to avoid what we are experiencing at the moment, but it is useless for us to want to return to what no longer exists, that has happened. Accepting from the beginning that we are all finite, that we will leave at some point and that those we love will go through the same process, is to be aware that all moments are the last, they are special, whole and perfect. There will not be a last moment of regret if we always live them with maximum love, enjoyment and if we share what we feel.
Pain is imminent in these cases, but understanding the natural process of life and keeping it in mind cushions the wounds. The process will not be chaotic, much less unfortunate, we will be so aware of understanding that it is an evolutionary process, normal and that every living being will go to the same destination, regardless of the trace of its path. The reality is that we will all die, the important thing is what to do and how to enjoy in the meantime.
"So we can be living in the prime of our lives and not realize it?"
(Montero, 13th ed. 2021, chapter 16, p. 199)
(Montero, 13th ed. 2021, chapter 16, p. 199)
Is suffering worth anything? Is it worth for someone else to forget about us? We cannot control the course of the world or make it refrain from causing us to experience a rupture in our relationships, our situations, or our lives; it is impossible to be an exception to the rule. We are able to let go of the perfection of how our path should be and begin to enjoy it more by letting go.
Make sure you enjoy your environment, your people, your loves, and yourself. Even in its bitterness, enjoy the present because one day, our offspring will be able to learn from us. As we learn to live with them, they will learn to live without us.
The ridiculous idea of never seeing you againby Rosa Montero is not available in English