Tríada y dolorosa(s) | Triad and painful
| ESP |
La primera historia, El libro perdido de Heinrich Böll, involucra el viaje de un libro con confidentes firmas de aquellas mujeres que han tenido el libro en sus manos; un libro que nos remonta a cada historia vinculante. Lo más fascinante de esta historia es la conexión con la historia misma y el libro perdido: El honor perdido de Katharina Blum, por Heinrich Böll que, a consideración personal, es una ráfaga vivencial de ciertos fragmentos del libro con lo narrado en la trama. Es como si no sólo la historia se conectara en la narrativa, sino en la autora.
La segunda historia, No me pases de largo, narra otras historias entrelazadas a partir de Noelia, quien se remonta al pasado por una llamada telefónica, y los que giran entorno al suceso del fallecimiento del amigo y ex amante de ella. En cada capítulo hay reencuentros del pasado y el impacto en el presente por el trayecto vivencial; en cada encuentro se une un personaje y extiende su trama como continuación.
Nos brinda las frustraciones personales y emocionales, los cambios de decisiones y los enfrentamientos que no esperamos o planificamos, pero que son necesarios vivir. Nos va enlazando en un profundo entendimiento de la vida a través de las vivencias del otro, conectándolos en un todo y volviéndonos espectadores universales de su existir.
La última historia, y novela breve, Residuos de espanto, nos habla de Abigail, quien narra la vida de su abuela a través de los escombros de la segunda guerra mundial. Ella no padeció la tormenta, pero siente los chubascos ancestrales en la cabeza.
Por una emergencia médica, internan a su abuela y es ahí donde conoce a Józef, otro sobreviviente de la guerra. Ambos comienzan a conocerse, a platicar diariamente y ella se vuelve cómplice de los últimos momentos de vida del hombre, quien conocía perfectamente la soledad. Él le narra la historia de su vida, cómo sobrevivió y el sentimiento de jamás dejar de estar muerto en vida después de vivir en el infierno. A la par, Abigail nos va contando la historia de su abuela y cómo es que ambas se establecieron en México tras la dificultad vivencial; a ambos y en palabras de Blum: nunca le(s) permitieron vivir fuera del campo ni aun cuando había(n) escapado.
Esta novela me parece conmovedora, absorta de realidades que no dimensionamos más allá de lo que representan para la historia.
Hay delicia, dulzura, amargura, un festín emocional en todas las historias que se incluyen en el compendio, festín que merece un deleite sin revelaciones a sus sensaciones. Nos plasma la mente en la tierra sobre realidades que ocurren en todos lados pero que poco nos damos oportunidad de empatizar porque creemos que lo vivido en uno es caótico, más que el resto. Ella extiende el miedo, el estancamiento, la tristeza, la fatiga, el silencio y la suerte para nuestra sensibilidad, la empatía que falta en todo ojo espectador.
Por otro lado, hay una situación que no abandona mi cabeza. Cada que una nueva lectura de Liliana me atraviesa, me pregunto, ¿Qué afinidad tendrá con el afamado lugar en sus narrativas: La Cebolla de Cristal? En la antología personal, sale dos veces y en su obra Cara de Liebre, también. ¿Será acaso una especie de código? ¿O es que nos está reflejando una realidad que nos cruza por las narices? Me parece un elemento magnífico porque quienes le hemos seguido la pista en sus trabajos, nos causa intriga tan repetitivo lugar.
Si es que existen códigos en sus tramas o no, las hace exquisita la búsqueda del sentido, la comprensión más allá de las historias aparentemente desconectadas entre sí y nos enseña no solo de la psiqué humana, sino de las heridas que más nos mastican y que poco logramos vomitar.
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─❁ We have all lost something ❁─
We have all lost something by Liliana Blum is a collection of three stories (two short stories and a short novel) featuring women as protagonists that seem to have a secret relationship. With her singular rawness, she tells us about the frightening ailments darker than blackness itself that we cannot express because she taught us to remain silent.
The first story, El libro perdido de Heinrich Böll (The Lost Book of Heinrich Böll), We follow the journey of a book with confidante signatures from the women who have held it. My favorite aspect of this story is the connection between it and the book The Lost Honour of Katharina Blum, by Heinrich Böll, which, in my opinion, gives a sense of the book's fragments bursting into what is narrated. The narrative seems as if it is connected not only to the story, but also to the author.
"We've all lost something, but sometimes we find pieces here and there."
(Blum, Liliana, 2020, story 1, p. 67)
The second story, No me pases de largo (Don't pass me by), narrates intertwining stories starting with Noelia, who goes back in time through a phone call, and those that revolve around the death of her friend and ex-lover. Each chapter presents reencounters of the past and their impact on the present due to the experiential journey; in each meeting, a character joins and extends its plot.
We are brought to frustrations, changes of decisions, and confrontations we don't expect or plan, but are essential for living. As a result, we become universal observers of the lives of others and gain a deeper understanding of life through their experiences.
"What does lying serve if the other does not see it as deceitful?"
(Blum, Liliana, 2020, story 2, p. 129)
The latest story, and short novel, Residuos de espanto (Haunting Residues), revolves around Abigail, who recounts the life of her grandmother as she lives through the rubble of the Second World War. Although she did not experience the storm, she feels the ancient showers on her head.
While her grandmother is hospitalized for a medical emergency, she meets another war survivor, Józef. As they become acquainted, they talk daily, and she becomes an accomplice in the last moments of the man's life, who knew loneliness perfectly well. The man tells her the story of his life, how he survived, and how it felt to live in hell for the entirety of his life. Additionally, Abigail tells us the story of her grandmother and how both of them settled in Mexico after experiencing difficulties; they were never allowed to live outside the camp even after they had escaped.
It is an emotional novel, absorbing us in realities that we don't measure beyond what they represent for the story.
It is a compendium filled with delight, sweetness, bitterness, an emotional feast that deserves to be enjoyed without revelations to the senses. We give little thought to the realities that occur everywhere, but we rarely allow ourselves to empathize with them because we perceive them as chaotic, more so than the rest. We are surrounded by fear, stagnation, sadness, fatigue, silence, and lucky for our sensitivity, the empathy that is lacking in all of us.
In contrast, there is a situation that I cannot get out of my head. Every time I read Liliana, I wonder what affinity it will have with the famous place in her narratives: The Glass Onion? In this personal anthology appears twice, as does in Hare face (Cara de Liebre). Could it be a code? Could it be reflecting a reality that we aren't aware of? Her work has a tremendous element of repetition, and for those of us who have followed her work, it seems fascinating.
Whether or not their plots contain codes, the quest for meaning makes them exquisite, an understanding that transcends the stories that seem disconnected from one another, and teaches us not only about the human condition, but also about the wounds chew us the most and leave us barely able to throw up.
We have all lost something by Liliana Blum is not available in English